El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, acusó este jueves a las autoridades chinas de "seguir socavando" las instituciones democráticas de Hong Kong y "negar además a la población sus derechos" después de que el Consejo Legislativo de la región administrativa especial china aprobara la reforma electoral.
En un comunicado, Blinken indicó que las nuevas medidas aprobadas por el Parlamento hongkonés "reducen gravemente la posibilidad de que la gente de Hong Kong participe de forma significativa en su propia gobernanza para que sus voces sean escuchadas".
"Disminuir la representación electoral de los residentes de la región no dará una estabilidad política y social a largo plazo", matizó antes de alertar de que "esta legislación pone en peligro la Ley Básica y la idea de que el objetivo último es la elección de todos los miembros del Consejo mediante sufragio universal".
Así, ha hecho un llamamiento al Gobierno de China y a las autoridades de Hong Kong a "permitir que las voces de todos los hongkoneses sean escuchadas".
También pedimos a las autoridades que retiren todos los cargos impuestos contra individuos en el marco de la ley de seguridad nacional simplemente por presentarse a un proceso electoral o expresar una postura contraria". insistió.
En este sentido, recordó que Estados Unidos reitera su "apoyo a la defensa de los Derechos Humanos y las libertades fundamentales", que deben ser "garantizadas al pueblo hongkonés en el marco de la declaración sinobritánica y la Ley Básica".
Este mismo jueves el Consejo Legislativo de Hong Kong ha aprobado la reforma electoral con la que Pekín busca impulsar el "gobierno de los patriotas" y fomentar el oficialismo en la región administrativa especial china.
Voces críticas han alertado de que la reforma, que ha sido aprobada por el Parlamento hongkonés con una amplia mayoría, permitirá a las autoridades chinas acallar a la oposición e incrementar el poder del Gobierno central sobre Hong Kong.
La nueva normativa abre la puerta a un nuevo modelo en el que los candidatos deberán obtener el respaldo de un comité de representantes de Pekín, lo que dificultará enormemente la entrada en la carrera electoral de políticos opositores al Partido Comunista Chino.
Además, contempla el aumento en una veintena de los diputados en el Consejo Legislativo o Parlamento de Hong Kong hasta los 90 totales pero, sobre todo, la mencionada expansión de la Comisión electoral hasta los 1.500 votantes.